Atalaya, delicias de principio a fin
Una de las mejores propuestas culinarias al poniente de la Ciudad de México es el restaurante Atalaya, con un menú español y toques mexicanos, cuyo resultado es simplemente ¡exquisito! todo a cargo de Atzín Santos, chef ejecutivo y socio del lugar.
Ubicado en Bosques de las lomas, a un costado de Pabellón Bosques, este feudo lleva 17 años consintiendo paladares, sin embargo, ahora muestra su nueva cara, ya renovado, aumentando sus estándares de calidad y servicio, eso sí, conservan los platillos tradiciones y ahora aportan nuevos sabores e ingredientes a su carta.
De inicio, su amplia carta te seducirá a tal grado de dudar qué pedir, todo se lee delicioso, pero si es tu primera visita puedes optar por las especialidades que se indican, como son: el filete chemita, los gusanos de maguey, los ostiones a la leña. el pámpano a la sal, el arroz negro con calamares, camarones y alcachofas, o bien puedes elegir alguno de sus famosos cortes de carne, ya sea T-Bone o New York, entre otros.
Hay que reconocer la frescura de los ingredientes, los cuales son seleccionados en las mañanas por el chef Santos, quien personalmente visita los mercados o huertos, claro, siempre que es posible realiza esta actividad.
SATISFACEN TODOS LOS GUSTOS
Debo reconocer que es imposible tener un solo platillo favorito en Atalaya, son tantas las delicias que te seducirán, que seguro regresarás más de una vez.
En mi visita me dejé llevar por las sugerencias del chef Atzín, nadie mejor para guiarme y probar el auténtico sabor de Atalaya.
De entrada unas ricas croquetas de jamón, perfectas para abrir apetito, a lo que siguió una fresca ensalada de jitomate con boquerones del Cantábrico encurtidos en vinagre y aceite de oliva, una verdadera delicia, el sabor de los pequeños jitomates se agradece, algunos amarillos y otros rojos, todos jugosos, una excelente manera de empezar la comida, con platos muy españoles.
Eso sí, en su visita lo que no deben dudar en pedir es el aguachile negro de camarón y sandia, qué barbaridad, de los mejores aguachiles que he probado, es atractivo desde que llega a tu mesa, pero al comer el primer bocado simplemente te conquista.
Otro regalo al paladar es el taco de pork belly al pastor, servido con pequeños cubitos de piña, créanme, uno no será suficiente, quedarás con el antojo de más; es tal el sabor del pork belly que no necesitarás agregarle salsa o limón, lo cocinan a la perfección.
Mención aparte merece la crema de alcachofa y el lechón, pero no sólo eso, Atalaya también se luce en sus postres, los cuales están a cargo de la joven Ayari Soto, chef repostera y socia del restaurante.
Para cerrar con broche de oro, un coco beach, que es helado de coco acompañado con flores comestibles, sobre una cama de tierra, la cual te regala una increíble sensación al llegar a tu paladar, pues como si fuera dulce para niños, empieza a tronar tan pronto está en tu boca, sin duda, un postre muy original, delicioso y sorprendente.
Ahora bien, para acompañar tus alimentos el restaurante cuenta con sommelier para que te oriente al momento de seleccionar un vino, o mixólogos que te sorprenderán con sus creativos cocteles.
DISFÚTALO A CUALQUIER HORA DEL DÍA
Una de las ventajas de Atalaya es que es de los pocos restaurantes que cuentan con una cocina de autor y ofrecen servicio de desayunos, comida y cena, eso sí, tienen sus días determinados.
Los desayunos son de lunes a viernes, las comidas todos los días y las cenas sólo de jueves a sábado.
Por lo general, entre semana es común observar mesas con hombres de negocios o grupos de amigos, mientras que los fines de semana son más familiares, pero si tienen niños no se preocupen, hay un área especial para los pequeños, donde personal capacitado estará al pendiente de ellos, mientras ustedes disfrutan sus platillos.
No me queda más que recomendarles Atalaya, un restaurante sofisticado, que te hará sentir como en casa y donde superarán tus expectativas gastronómicas.