El pan de dulce mexicano
El pan dulce forma parte del menú cotidiano en la gran mayoría de las familias mexicanas. No puede faltar en el desayuno o para merendar con una buena taza de café de olla o chocolate caliente.
El pan de dulce mexicano tiene gran historia, combinando la preparación artesanal de la panadería mexicana con la influencia europea, pero sin perder el toque auténticamente prehispánico. Desde la época de la Colonia ya se preparaba pan de dulce. Sin embargo, desde la época Prehispánica se elaboraban con base en maíz una especia de tortitas, que se utilizaban en las ceremonias para los dioses. Se le conoce a los primeros panes como cocolli.
Durante la Intervención Francesa los reposteros mexicanos tuvieron una gran influencia.
La panadería mexicana ha pasado por muchos años de experimentación, combinando la influencia extranjera con las tradiciones mexicanas, sobre todo en la forma de hornear, elaborando piezas y un sinfín de variedades, que se crearon en los diferentes estados de la República.
Actualmente las panaderías siguen funcionando con el mismo sistema de la época de la Colonia.
El pan mexicano tiene panadería dulce y panadería salada. Los panes de sal son los bolillos y teleras, tomando su origen de la baguette de origen francés. Este tipo de pan se utiliza ampliamente en todo el territorio mexicano para elaborar tortas típicas o el llamado sándwich mexicano, en donde cada región le brinda la combinación de ingredientes peculiar de cada zona.
La panadería dulce conforma una gran variedad de panes como hojaldras, polvorones, gendarmes, orejas, empanadas, garibaldis, mantecadas, cuernitos, campechanas, trenzas, banderillas, chilindrinas, conchas y ladrillo, entre muchos otros.
Algunos son sencillos de una sola masa y otros están rellenos de chocolate, crema pastelera o mermelada. Otros se presentan con una cobertura elaborada de azúcar, chocolate, etcétera, en diferentes colores y sabores como las conchas de vainilla o chocolate.