¿Qué hace Suki dentro de un arbusto?
Cuando salimos de casa no me gusta que Suki se quede libre para salir a la calle. Suena el teléfono y veo que es una llamada desconocida e invariablemente me pongo a temblar pensando que algo le ha pasado.
Por eso, cuando se que vamos a estar fuera y lejos de casa, me gusta que se quede encerrado aunque eso signifique un poco de frustración para él; pero, en ocasiones, si se queda solo con su padre y sus hermanos, todos hacen de las suyas.
Una vez decidimos salir a cenar cerca de casa y cuando estábamos con la pizza en la boca sonó el teléfono. “¿Señora, usted tiene un gato llamado Suki?”. No bueno, el corazón se me aceleró al máximo y lo único que quería era saltar por dentro del teléfono para llegar adonde me estaban marcando. “Sí, soy yo, ¿qué la pasa a mi gato?”. En realidad, pasaba nada, el punto es que Suki vio que nos salimos y mi teoría es que fue a buscarnos pero no nos encontró porque lo vieron en la esquina de nuestra calle, despistado y en búsqueda de alguien. La señora quien iba con su hija, tomó la decisión de llevarlo a su casa (a unos cuantos edificios de diferencia de la nuestra) para resguardarlo. La verdad es que en cuanto colgué, dejé la pizza y salí corriendo del restaurante en búsqueda de mi pequeño. Me daba miedo que se hiciera más tarde y no me lo entregaran.
En otra ocasión, que igual lo dejamos sólo, veníamos llegando a la casa para meter el auto (en el otro departamento que está a la otra esquina de donde realmente vivimos) y del árbol se asomó Suki esperando el coche. Es un gato de hábitos y por lo tanto, pareciera que tiene un reloj en su interior que le va marcando a qué hora debe llegar cada uno de los integrantes de la familia. El sabía que no llegaríamos directo con él porque habíamos llevado el coche, por lo que decidió esperarnos del otro lado de la calle.
Pero la sorpresa mayor, fue hace unos días que salimos al súper y cuando nos detuvimos en el edificio de al lado para descargar la despensa, noté que Miguel se acercó al pequeño árbol que ahí se encuentra y los niños empezaron a buscar o llamar a alguien. Yo no terminaba de entender bien de qué se trataba y pensé que estaban un poco locos (aclaro, yo estaba dentro del coche) buscando al interior del árbol. Pero me explicaron que escuchaban a Suki maullar dentro de él y ¡oh sorpresa! Efectivamente el hijo salió de ahí.
Qué lástima que no pueda hablar para explicarme por qué se escondió dentro de los arbustos. No sé si alguien lo persiguió y fue el primer lugar que encontró, si le resulta cómodo descansar ahí o si algún perro lo asustó y tenía miedo de salir hasta que nos oyó llegar.
Pero sea, cual sea la respuesta, yo siempre insisto que si no estaremos en casa o, cerca de ella, Suki debe quedarse resguardado sin posibilidad de perderse, de que le de un ataque de ansiedad o que alguien al ver lo precioso que es, se lo robe y decida no regresarlo jamás.
Nos leemos la próxima semana.
Beso.
No olvides leer mi columna en Mi Gato y Yo.