Regresó la feria a la casa
Hace varias semanas les contamos que estamos remodelando la casa para que se vea más bonita, motivo por el cuál todo ha sido un desastre y hay botes de pintura, maderas y brochas… por todos lados.
De hecho, hay un área que en particular a mí me encanta porque hay unos bloques de madera que van de piso a techo y me llevan fácilmente a la azotea. Pero con esto de los arreglos, los habían quitado y ya no había manera de subir por ahí.
Este fin de semana papi aprovechó la ausencia de mi madre y hermanas para avanzar con este tema y no seguir postergando más este martirio y finalmente, lo logró. Por lo que puedo decir con mucha felicidad que regresó la feria a mi hogar.
Otra vez puedo jugar en el patio subiendo y bajando por las maderas como si fueran escaleritas, pero creo que he perdido algo de habilidad porque me costó mucho trabajo hacerlo en esta ocasión.
Estoy feliz. Papi no paraba de tomarme fotos para enviárselas a mi mami como testigo de que yo estaba muy contento.
Subía, bajaba, subía, bajaba y de repente regresaba para tomar agua, otras para ver a papi trabajar y echarle ánimo porque mi hermano que también estaba en casa, estaba más preocupado por ver la televisión que por tratar de ayudar para que nos apuráramos y termináramos más rápido. No fuera él quien tuviera que jugar ahí porque hasta de malas se pondría porque no terminamos, ¿verdad?
Pero bueno, veo la casa y me doy cuenta de que aún quedan muchos pendientes y a pesar de eso, se va avanzando.
Nos leemos dentro de unos días nuevamente. Les dejo un besito gatuno (o sea, un lengüetazo gigante).
Recuerden que también pueden seguirme en Mi Gato y Yo todas las semanas.