Con sabor a Buenos Aires
Para los amantes de los cortes de carne, como yo, no es tarea fácil encontrar lugares donde los cocinen con gran dominio, al punto exacto, pero hace unos días me llevé una grata sorpresa al descubrir Asadero Uno, restaurante argentino que superó mis expectativas y me dejó con ganas de regresar.
Aunque no soy fanática de los establecimientos de comida en los centros comerciales, en esta ocasión me dispuse a conocer la propuesta que ofrece la Terraza, área donde se ubican diversos restaurantes de especialidades, en Santa Fe y puedo decirles que después de caminar unos pasos, descartando los locales de cadenas, el que más llamó mi atención fue el local argentino.
MUCHO MÁS QUE BIFE
No es un secreto que Argentina es famosa por su excelente calidad de carne y sus exquisitos cortes acompañados de un buen vino, si de gastronomía hablamos, pero pocos lugares en la ciudad de México nos acercan lo más posible a vivir un experiencia tal como si estuviéramos comiendo en alguno de los barrios argentinos, como lo hace Asadero Uno.
Siempre lo he dicho, el éxito de un restaurante no sólo radica en su sazón, sino en el servicio que ofrece y en esta ocasión, desde que llegas a este establecimiento se siente la calidez, acto seguido, el mesero nos mostró una charola con diversos cortes, explicando cada uno, así que, siguiendo su asesoría nos decantamos por un corte cowboy de 700gr que pedimos para compartir, eso sí a punto de cocción medio.
De entrada, no pude resistirme a las empanadas, siendo la de carne mi favorita, acto seguido llegó una fresca y atractiva ensalada griega, hecha con lechugas, aceitunas, jitomate y cebolla morada, que inyecta ese gran sabor, con toques un poco ácidos y dulces.
Justo para acompañar la ensalada llegó nuestro corte, cuyo aroma era imposible no percibir, tan sólo con olfatearlo la “boca se te hace agua”, ni que decir cuando lo ves en tu mes, es un corte grueso, jugoso, fresco, acompañado de chiles toreados y cebolla asada, esto tan sólo para darle un toque mexicano.
Es la primera vez que pruebo un corte cowboy, pero me declaro fanática de él, desde que cortas la carne sus tonalidades rosas y jugosa consistencia te conquistan, sin duda, desde el primer bocado y hasta el último fue una grata experiencia, tanta que me dejó sin habla y preferí saborear con calma y gusto cada trozo. No se puede negar que es carne de primera, se siente.
Finalmente, no pudimos decir que no al postre, un fondant relleno de dulce de leche, (éste último es un clásico en Argentina, que se puede saborear a cualquier hora del día).
El fondant fue, simplemente, excepcional. De vista te atrae, pero al partir el pastel y descubrir el dulce de leche en estado líquido y caliente, es todo un regalo que no puedes dejar de saborear.
CÁLIDO Y AGRADABLE
Además de ofrecer una propuesta culinaria rica, el restaurante cuenta con una parrilla al centro donde puedes ver el gran dominio con el que preparan la carne. Asimismo, en una de las paredes muestran su amplia cava, donde las etiquetas argentinas predominan.
Su mobiliario es en su mayoría de madera y si te gusta tener más luz o ver la gente pasar, la mejor opción será sentarte en su atractiva terraza.