Me considero una mujer emprendedora porque nunca puedo estar sin una actividad extra a mis deberes como profesional y como ama de casa, además me gustan mucho las manualidades, y por eso mismo creo que debería de explotar estas habilidades, y qué mejor manera de hacerlo con unas galletas, de esas que además de ser deliciosas, se encargan de que la casa huela a mantequilla, a vainilla y a chocolate mientras están horneándose.

Y como dice el dicho que “el horno no está para bollos”, he pensado seriamente en poner en marcha un negocio de deliciosos bocados dulces, con galletas de todo tipo, desde esas que saben y huelen a mantequilla, a hojaldre, a chocolate, hasta aquellas que desconozco pero que ya estoy en pos de su descubrimiento a través del internet y de mis conocidos; pero sea cual sea su sabor o su forma, siempre tendrá un ingrediente fundamental, la harina, y para que la masa siempre quede maleable y muy manejable, siempre uso Harina Tres Estrellas, que es la que conozco, es la que me gusta, es la que deja insuperable cualquier postre.

El otro día, una vecina me compartió de sus galletas de avena con zanahoria, realmente le quedaron exquisitas, la receta la retomó de internet, donde hay un universo de sabores.

Pero, en este mundo de galletas, las que han conquistado mi corazón y siempre serán de mis favoritas, son los polvorones, me encanta su textura terrosa, pero sobre todo la manera en que se deshacen en la boca, creo que de todas las variedades, los polvorones son de mis preferidos.

Otro tipo de galletas que también está en mi lista de consentidos son las de estilo wafer, y si llevan una capa de crema mucho mejor.

Si algún día llego a montar una cafetería, como lo he pensado, todas las galletas pasarán por mis manos, porque realmente disfruto elaborarlas, disfruto del aroma que desprenden al momento de estar en el horno, y también disfruto su sabor, pero sobre todo, disfruto compartirlas.