Soy niñera por naturaleza, y cuando tengo a los sobrinos en casa me encanta consentirlos, algo que les gusta es que siempre les preparo unos hot cakes muy especiales, porque se los hago no sólo con un excelente sabor, sino también muy nutritivos.

El primer paso para su preparación es tener a la mano Harina Tres Estrellas en cualquiera de sus tres presentaciones: ligeros, integrales o tradicionales, el segundo paso es añadirle a la mezcla plátano en puré, un puño de nueces en trozos. arándanos y amaranto, lo que les da un toque muy particular y los convierte en una gran fuente de nutrientes.

A mí me gusta utilizar estas harinas porque se encuentran en el nivel normal de las harinas preparadas, con un valor aproximado de 13 % de azúcar, una cantidad apropiada para nuestro organismo. Un plato de hot cakes puede considerarse como un platillo completo e ideal para que sea el primer alimento del día.

Si bien, los hot cakes tienen una carga de carbohidratos por su contenido de harina y de azúcares, también los podemos hacer nutritivos y con mucho sabor, y prepararlos una vez  a la semana, lo  que puede ser una excelente opción para demostrar nuestro cariño a la familia.

Una de las cosas que más me gustan de hacer hot cakes es que disfruto mucho el aroma de la mantequilla en la sartén, que anuncia un gran bocado en la mesa, y con ese aroma también llegan muchos recuerdos de infancia, de familia.

Pero, de dónde proviene este panecillo plano y casero, tan sencillo y que resulta un deleite al paladar, según la historia, son de origen ruso y existen muchas formas de prepararlos en todo el mundo, y depende la región cambian algunos ingredientes, pero la esencia es la mezcla de harina, leche, huevos, mantequilla y vainilla.

Cada plato de hot cakes puede ser diferente, puede variar en su mezcla, su relleno, su cobertura (desde miel, jarabe Maple, cajeta, mermelada, frutas dulces, leche condensada y crema de avellana) hasta su figura, pues hay quienes hacen verdaderas obras de arte con este producto sobre la sartén.