Los Girasoles, clásico del Centro Histórico
Una de las grandes ventajas de vivir en la ciudad de México es poder disfrutar su amplia y variada propuesta gastronómica, dispuesta a satisfacer todos los paladares, gustos y presupuestos, y en esta ocasión quiero recomendarles un restaurante de gran tradición en el corazón del Centro Histórico de la capital, me refiero a Los Girasoles.
La historia de este establecimiento es larga, cuenta con 20 años consintiendo a sus comensales con una cocina tradicional de nuestro país, donde rescatan las recetas de antaño para presentarlas de manera sofisticada que da como resultado una alta cocina mexicana.
Es de aplaudir el amplio menú que ofrecen, su vasta carta te sorprenderá y te hará dudar qué pedir, pues todas sus especialidades se antojan desde que las lees, sus entradas, sopas, cortes de carne, pescados, mariscos, carne blanca, ensaladas y no podemos olvidar los postres.
Después de analizar su carta, de entrada pedí unos sopes de tuétano, cuatro pequeños que roban tu atención desde que llegan a la mesa gracias a sus apetitosa presentación. Para aquellos que nunca los han probado les aconsejo comerlos al momento, ya que la mejor forma de saborearlos es calientes y recién servidos, ya que al templarse, o peor aún enfriarse, el sabor será un tanto desagradable.
Posteriormente, me decanté por una ensalada de frutos rojos, realmente sabrosa, de las mejores que he probado últimamente; desde que la ves roba tu atención por lo colorido de su presentación, entre el verde intenso de la lechuga y esas pinceladas rojas que aporta la fresa y la zarzamora, con toques blancos propios del queso azul que la acompaña, todo bañado por una salsa hecha también de fresas, simplemente… ¡exquisita!
Como plato fuerte opté por un mole tricolor, que es carne de res bañada con mole de cacahuate, verde y rojo, acompañado de arroz blanco como guarnición. Sin duda, un platillo muy bien servido.
Para cerrar esta rica comida no podía faltar el postre y qué mejor que un pie de pétalos de rosa, receta deliciosa y gran presentación, inevitable no tomarle una fotografía; eso sí, yo lo llamaría mousse, ya que tiene más la consistencia de esta especialidad francesa, pero totalmente recomendable.
SABORES DE TEMPORADA
Otra de las ventajas de Los Girasoles es que se adaptan muy bien a los platillos de temporada, por lo que su menú irá cambiando a lo largo del año y podrás probar desde su famoso chile en nogada, hasta sus recetas a base de insectos, todo de acuerdo con la estación del año en curso.
Asimismo, sus bebidas irán cambiando según la temporada. Una virtud del restaurante es esa facilidad para ofrecer ingredientes frescos y del momento.
AIRE SOFISTICADO
Otro de los grandes atractivos de Los Girasoles y que no podemos dejar de mencionar es la decoración del lugar. Desde que observas la fachada llama tu atención su generosa y bella terraza que invita a conocerlo.
Ubicado sobre la calle de Tacuba, frente a la Plaza Manuel Tolsá, en el Centro de la ciudad de México, a unos paso del Palacio de Bellas Artes, si decides sentarte en su terraza en planta baja tendrás una gran vista de los edificios vecinos.
En su interior, cuenta con dos pisos, pero destaca su decoración sofisticada y elegante, siendo el foco de atención, en su planta baja, el gran girasol que adorna la pared del fondo.
Ya sea para una cena con la familia o los amigos, visitar Los Girasoles es un momento de fiesta a todos los sentidos.